Redacción. La Consejería de Salud y Familias y el Ministerio de Sanidad han establecido las vacunaciones que, por su carácter prioritario, deberán mantenerse operativas y sin demora en los centros de vacunación durante el periodo de confinamiento por la pandemia de coronavirus. El Consejo de Gobierno ha conocido un informe de la Consejería de Salud sobre estas pautas de vacunación, que se seguirán siempre que los centros que las administran tengan capacidad y puedan cumplir las medidas de seguridad oportunas. Para asegurarse de ello, las personas deberán contactar por teléfono con su centro de salud o centro asistencial correspondiente para solicitar cita y mantener, de esta manera, el distanciamiento físico recomendado.
Según las indicaciones emitidas por el Ministerio de Sanidad y la Consejería de Salud, en el caso de los menores, se mantienen aquellas vacunas que se administran a los lactantes durante los primeros 15 meses de vida.
Para las embarazadas, con la vacuna para la tosferina se recomienda su administración a partir de la semana 27, pero preferentemente entre las semanas 27 y 28 de gestación. Por lo que respecta a la vacunación antigripal, que también reciben las mujeres embarazadas, esta campaña ya terminó el pasado 2 de marzo y no comenzará de nuevo hasta la segunda quincena de octubre.
Los pacientes de riesgo de cualquier edad constituyen un tercer grupo contemplado en las recomendaciones sanitarias. En el caso de las personas en tratamiento con eculizumab y trasplantados, los profesionales responsables del paciente deberán valorar el riesgo-beneficio de acudir al centro sanitario para la vacunación, priorizando en todo momento las medidas de aislamiento físico.
Finalmente, en las personas de cualquier edad que precisen vacunación por brotes epidémicos o por posexposición no demorable, se actuará según las recomendaciones de las autoridades de Salud Pública.
El resto de vacunaciones, tanto en niños y adolescentes como en adultos y mayores, se posponen para cuando se reanude la actividad normal, ya que se considera que el riesgo de infección por coronavirus por salir del domicilio supera al riesgo que supone retrasar estas vacunaciones durante unas semanas o meses.