Rosa Brito. 23 de abril. Aunque no lo parezca, dada la profunda crisis causada por el Covid-19 que vive el planeta, hoy es el Día Internacional del Libro, una conmemoración celebrada a nivel mundial que tiene como objetivo principal fomentar la lectura, la industria editorial y la protección de la propiedad intelectual por medio del derecho de autor.
El día 23 de abril fue elegido como Día Internacional del Libro, pues supuestamente coincide con el fallecimiento de Miguel de Cervantes, William Shakespeare e Inca Garcilaso de la Vega en la misma fecha en el año 1616. Aunque la justificación inicial para haber escogido esta fecha fue la muerte de Cervantes, en realidad éste falleció el 22 y fue enterrado el 23, que es cuando se consignó su fallecimiento; por su parte, Shakespeare murió el 23 de abril del calendario juliano, que corresponde al 3 de mayo del calendario gregoriano.
La Unión Internacional de Editores propuso esta fecha a la UNESCO, con el objetivo de fomentar la cultura y la protección de la propiedad intelectual por medio del derecho de autor. La Conferencia General de la UNESCO la aprobó en París el 15 de noviembre de 1995, por lo que a partir de dicha fecha el 23 de abril es el Día Internacional del Libro y del Derecho de Autor.
Tradición en España
En España la tradición se remonta a muchos años antes. El rey Alfonso XIII firmó un Real Decreto el 6 de febrero de 1926 por el que se creaba oficialmente la Fiesta del Libro Español, que se celebraría en la fecha que entonces se creía que había nacido Cervantes, el 7 de octubre. La idea original fue del escritor y editor valenciano Vicente Clavel Andrés, proponiéndola a la Cámara Oficial del Libro de Barcelona, donde se aprueba en marzo de 1925. La Cámara promovió que se celebrara en octubre de cada año, en la fecha del nacimiento de Cervantes, coincidiendo en el primer año con la Exposición del Libro Español en Buenos Aires. Poco después, en 1930, se instaura definitivamente la fecha del 23 de abril como Día del Libro, el día que murió Cervantes.
La celebración arraigó rápidamente en toda España, en especial en las ciudades sede de Universidades. Desde Barcelona, se extendió por toda Cataluña, aunque la denominación oficial se fue diluyendo poco a poco al coincidir con el día del santo Patrón, conocido como Día de San Jorge (Diada de Sant Jordi). En otras zonas no universitarias de España, la fiesta se mantenía con escasa importancia o incluso desaparecía, aunque desde los años 80 del siglo XX ha vuelto la tradición con fuerza, sobre todo en Madrid.
Esta tradición fue uno de los argumentos utilizados por la UNESCO para declarar el 23 de abril Día Internacional del Libro. En España se celebra en esta fecha, además, la entrega anual del Premio Cervantes, el mayor galardón otorgado a los autores hispanos.
Cada año, la UNESCO y las tres organizaciones profesionales internacionales del mundo del libro (la Unión Internacional de Editores, la Federación Internacional de Libreros y la Federación Internacional de Asociaciones e Instituciones Bibliotecarias) eligen una capital mundial del libro cuyo mandato empieza cada 23 de abril.