Redacción. El Hospital Universitario Puerta del Mar de Cádiz ha iniciado una asesoría telefónica diaria para pacientes con Lupus Eritematoso Sistémico, que atiende las consultas de los pacientes que sufren esta enfermedad del sistema inmune. La asesoría forma parte de una unidad multidisciplinar y estará coordinada por una enfermera formada y con manejo en esta enfermedad, lo que permite poder realizar un control y asesoramiento experto a estos pacientes.
La unidad plantea un abordaje multidisciplinar integral en coordinación con las distintas especialidades involucradas en el diagnóstico, control y seguimiento clínico del Lupus, como son Medicina Interna, Reumatología, Neurología, Dermatología, Nefrología, Oftalmología, Hematología, Pediatría y Enfermería Gestora de Casos, además de la enfermera referente, que pertenece al Hospital de Día Médico, y que se encarga de actuar como enlace de todos los profesionales implicados.
La asesoría funciona de lunes a viernes en horario de 13:30 a 15 horas y en ella, además de hacer de nexo de unión con el resto de especialidades, se ofrecen cuidados de enfermería y escucha activa a las necesidades de los pacientes, los cuales cuentan además con un correo electrónico de contacto donde resolver también dudas. Esta enfermera se encargará de agilizar las citas necesarias, actuar ante un problema concreto, y realizará una función informativa y de formación para la realización de talleres educativos a pacientes y familiares.
Lupus
El lupus es una enfermedad autoinmune, es decir, el propio sistema inmunitario ataca las células y tejidos sanos por error, por lo que puede dañar diferentes partes del organismo como articulaciones, piel, riñones, corazón, pulmones, vasos sanguíneos y el cerebro.
Puede afectar a cualquier persona, más frecuentemente a mujeres, y en la actualidad no tiene cura, aunque existen diferentes tratamientos para controlar la enfermedad; no obstante, al afectar a varias áreas y manifestarse con síntomas diversos, es frecuente que precise la atención de diferentes especialistas, múltiples ingresos hospitalarios y complicaciones, limitando de forma importante en muchas ocasiones la vida de las personas que lo sufren.
Es una enfermedad crónica, con un curso oscilante en que se alternan episodios de “brotes” con fases inactividad o remisión. La finalidad de los tratamientos va dirigida a controlar los episodios de brotes o actividad para evitar los daños o lesiones estructurales que pueden quedar en los órganos afectados, así como prevenir los posibles efectos secundarios de dichos tratamientos, y en definitiva mejorar o mantener la calidad de vida de los pacientes.