Redacción. El Consejo de Gobierno ha aprobado inscribir en el Catálogo General de Patrimonio Histórico Andaluz (CGPHA), como Bien de Interés Cultural (BIC) con la tipología de Actividad de Interés Etnológico, el Carnaval de Cádiz, una de las fiestas más arraigadas en la comunidad andaluza.
Con la inclusión del Carnaval de Cádiz en el Catálogo General de Patrimonio Histórico Andaluz como Bien de Interés Cultural se persigue la salvaguarda y conservación de una seña de identidad del pueblo gaditano y una muestra de la creación y del talento e ingenio que cada año despliegan quienes participan en él.
El Carnaval de Cádiz constituye una expresión del patrimonio cultural de Andalucía y ejemplifica la diversidad de manifestaciones socioculturales andaluzas, resultado contemporáneo de complejos procesos históricos que han contribuido a configurar nuestra identidad cultural en el tiempo presente.
La celebración carnavalesca de Cádiz es una expresión sociocultural urbana, un ritual festivo que constituye un bien del patrimonio cultural andaluz. Se trata de una actividad de interés etnológico que condensa un amplio y diverso conjunto de manifestaciones de identidad local, con formas particulares de hablar, declamar y cantar, y con componentes de sátira social y crítica política, muy arraigada en la ciudad con relevante proyección fuera del municipio.
La actividad que se incluye en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz se desarrolla en el casco histórico de la ciudad de Cádiz, ya sea por concurrencia de actos o recorridos programados o, sobre todo, por las concentraciones festivas generadas en sus proximidades, destacando como los espacios del Gran Teatro Falla –donde se celebra el concurso oficial de Agrupaciones Carnavalescas- y los barrios de la Viña y del Pópulo, los alrededores del Mercado Central, Calle Libertad, Plaza de Libertad y Plaza de las Flores, así como la Plaza de la Candelaria, de Mina y de San Antonio.
El convento de Santa Teresa, Monumento
Por otro lado, el Consejo ha aprobado la inscripción como Bien de Interés Cultural, con la tipología de Monumento, del convento de Santa Teresa de Sanlúcar de Barrameda, del siglo XVII. Se trata de un edificio emblemático de la localidad sanluqueña, que se erigió entre 1669 y 1675, debido al interés del vecindario y a las donaciones de dinero y joyas consignadas para tal fin en el testamento de la Duquesa de Medina Sidonia.
De planta rectangular, el edificio se distribuye en torno a tres patios y un jardín, completando el conjunto la iglesia, también rectangular y de una sola nave. Con posterioridad, también como fruto de varias donaciones, el cuerpo principal se completó con la construcción del noviciado y de los coros alto y bajo, no habiendo sufrido el convento significativas transformaciones desde entonces, salvo la ejecución, entre 1704 y 1705, del retablo mayor barroco que preside la iglesia y que se constituye en el elemento fundamental de su decoración.
La protección, además del inmueble, abarca a un total de 159 bienes muebles, vinculados al convento y que destacan tanto por su valor histórico, como artístico, documental y bibliográfico. Entre estos bienes muebles sobresale, dada su vinculación a la orden carmelita, desde al menos 1757, el conocido manuscrito de San Juan de la Cruz «Cántico Espiritual y Poesías», Cántico A. Asimismo, merece una mención especial una carta autógrafa de Santa Teresa, guardada en un relicario y fechada en 1850, o la importante colección de orfebrería, otra de niños Jesús, la biblioteca y otras muchas obras de arte que constan en los libros de inventario de convento.