El albergue de Jerez se convierte en un refugio para personas sin hogar

El albergue de Jerez se convierte en un refugio para personas sin hogar

Redacción. La Consejería de Igualdad, Políticas Sociales y Conciliación ha puesto a disposición de la Federación Andaluza de Municipios y Provincias (FAMP) la red de albergues de Inturjoven para acoger a las personas sin hogar que no estén contagiadas o no tengan síntomas de coronavirus.

En concreto, los espacios habilitados son el de Víznar (Granada), Constantina (Sevilla), Torremolinos (Málaga), Punta Umbría (Huelva), Jerez de la Frontera (Cádiz), Almería y Jaén. El total de plazas disponibles en estos espacios es de 832.

La consejera de Igualdad, Políticas Sociales y Conciliación, Rocío Ruiz, ha recordado que el colectivo de las personas sin hogar es uno de los más vulnerables, junto con el de las personas mayores, al coronavirus. Por eso esta medida «busca ofrecer un espacio a aquellas personas que no pueden quedarse en su casa, porque no la tienen, para que puedan estar bien atendidos».


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En una carta remitida a la FAMP, la consejera ha asegurado que «la situación derivada por la crisis del COVID-19 nos está llevando a tomar medidas excepcionales encaminadas a poder dar la mejor cobertura posible y la mejor asistencia a los andaluces y las andaluzas, especialmente a los colectivos más vulnerables». «En estos colectivos se incluye el formado por las personas sin hogar, que suman a su situación de carencia el impacto de una enfermedad con elevadas tasas de contagio», ha añadido.

Ruiz ha detallado que el objetivo de esta medida es «paliar las necesidades que las localidades andaluzas tienen a la hora de prestar servicio a las personas sin hogar». Con la disposición de estos siete albergues se pueden ofrecer plazas en todas las provincias de Andalucía o, en su caso, en provincias limítrofes «para cubrir la necesidad de dar cobijo, techo y comida a estas personas socialmente más desfavorecidas».

Recomendaciones

Por otra parte, ante la crisis provocada por la actual pandemia, la Dirección General de Servicios Sociales de la Consejería ha emitido unas recomendaciones, partiendo de la premisa de que los recursos residenciales de atención a las personas sin hogar, extremadamente vulnerables, son sustitutorios de lo que para el resto de la población supone el domicilio personal o familiar y de que no puede haber personas en situación de calle tras la publicación del Real Decreto 463/2020, de 14 de marzo, por el que se declara el estado de alarma para la gestión de la situación de crisis sanitaria ocasionada por el COVID-19.

Así, para la atención a las personas sin hogar en los centros residenciales (casas de acogida, albergues y otros espacios), en el documento se establece que «se intensificará el seguimiento sanitario de aquellas personas usuarias que por motivos de salud son más vulnerables, especialmente cuando se identifiquen problemas relacionados con patologías respiratorias con el fin de discriminar el tipo de enfermedad que puedan presentar». Igualmente, «se incrementará la supervisión de las y los trabajadores de estos servicios sobre la higiene de las personas usuarias».

Si existe la sospecha de algún caso por presentar signos como tos reiterada, fiebre y otros signos parecidos a los procesos gripales, se procederá a llamar telefónicamente a los servicios sanitarios, siguiendo las instrucciones de la Consejería de Salud y Familias. Se trata de solicitar una primera valoración en el propio centro.

Cuando se identifique una persona usuaria con síntomas y signos de problema respiratorio se procederá tal y como se está haciendo con el resto de la población. Se ubicará a esta persona en un lugar del centro en el que se evite el contacto con otras personas usuarias hasta que lleguen los servicios sanitarios llamados para su valoración. Se trata de aplicar los procedimientos que se suelen realizar habitualmente con personas usuarias que presentan procesos de agudización de patologías respiratorias y como actuación especifica añadida se plantean incrementar las actuaciones que están relacionadas con los hábitos básicos de higiene y cuidados personales en relación al aseo y similares.

Por otra parte, si se produce el traslado al hospital, es imprescindible que en el centro de origen se conozca el hospital al que se ha derivado a la persona usuaria y se mantenga contacto con dicho centro hospitalario para que aporten el diagnóstico definitivo, aunque no sea inmediato. Por tanto, es importante hacer un seguimiento de dicha derivación y contar con toda la información posible para clarificar los escenarios que se puedan desarrollar.

Seguimiento a los usuarios

En las recomendaciones se apunta también que es muy importante hacer el seguimiento de la persona usuaria en su estancia en el hospital ya que, hasta que no se cuente con la confirmación del diagnóstico, no se debe proceder a tomar otro tipo de medida. Una vez conocido el diagnóstico, si es negativo, se seguirán en el centro las pautas que se vienen desarrollando de forma cotidiana. En el caso de que sea positivo se solicitará a los correspondientes servicios sanitarios las indicaciones para proceder en consecuencia.

Igualmente se considera muy importante que se tengan registrados los movimientos de las personas usuarias a través de los centros con el fin de garantizar el conocimiento de la «trazabilidad» de sus movimientos, es decir, conocer los centros por los que pasa una persona usuaria ante la posible solicitud de información que nos requieran las autoridades sanitarias. De igual modo, tener conocimiento, si es posible, de las bajas de las personas usuarias y posibles localizaciones de las mismas.

Como medidas preventivas genéricas se procederá a prolongar ‘sine die’ la estancia en los centros residenciales y a suspender el acceso al centro, de momento, de las personas voluntarias o de alumnado en prácticas, con el fin de evitar posibles contagios.

Las recomendaciones establecen también que se posibilite la permanencia en los centros de alojamiento o residenciales durante las 24 horas del día, con todas las prestaciones de alimentación y similares cubiertas, así como el incremento de actuaciones informativas a través de los correspondientes carteles y otros medios visuales y didácticos.

Por último, se insiste en que es necesario incrementar las medidas higiénicas destinadas a los edificios, a las instalaciones y mobiliario y en especial, a las zonas sensibles en las que encontramos fluidos como son los aseos y a las zonas comunes como como comedores o salones de televisión.

Las recomendaciones se hacen extensivas igualmente a la atención en aquellos recursos no institucionalizados (como hoteles o pensiones), con el añadido de que se tendrá que actuar como el resto de la ciudadanía y, si existe alguna incidencia en las pensiones con los propietarios de las mismas, se comunicará a la institución que gestiona dichas plazas para buscar otra alternativa habitacional y poder así garantizar el aislamiento.

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