Redacción. La Catedral de Cádiz ha vuelto a abrir sus puertas al culto, coincidiendo con la Pascua del Enfermo, tras cerrarlas el pasado mes de marzo debido a la crisis del covid-19 y el consiguiente estado de alarma.
La ceremonia, presidida por el obispo diocesano, monseñor Rafael Zornoza, contó con la presencia del delegado episcopal de Pastoral de la Salud, Fernando Carmona, voluntarios del equipo pastoral, representantes de la Hospitalidad Nuestra Señora de Lourdes, sanitarios, enfermos, capellanes de hospital y un reducido grupo de fieles, cumpliéndose en todo momento las recomendaciones sanitarias de esta fase 1 de desescalada, así como los criterios establecidos por la diócesis para la normalización del culto en los templos diocesanos. Aquellas personas que quisieron acceder a la celebración tuvieron que someterse a la toma de temperatura, incluidos el Sr. Obispo y el resto de concelebrantes.
Durante este momento de especial oración y recuerdo para los afectados por la pandemia, así como los profesionales de la Salud que luchan contra esta enfermedad desde sus puestos de trabajo, el obispo diocesano aseguró “que en estos momentos de dificultades, de tantos enfermos y tantas personas que han dejado su vida durante esta pandemia, el Señor nos defiende con su fuerza y con su gracia, para seguir amando, para perdonar, incluso para abrazar la cruz de Cristo cuando llega el momento”.
Asimismo, monseñor Zornoza afirmó que “ante la crisis de fe que vive el mundo y ante la mundanidad que se cuela dentro de la Iglesia debemos volver a esa experiencia del Espíritu Santo que purifica nuestro corazón y nuestra mente”.
Por último, el prelado manifestó que “vivir el consuelo de la fe nos enseña a afrontar la enfermedad, las dificultades, a ofrecer nuestra vida y a superar incluso nuestros intereses particulares para entregarnos a los demás, como se ha visto con tantos sacerdotes, sanitarios y enfermos que se han acogido mediante su fe al Señor”.