Europa Press. Los restos óseos de al menos diez personas asesinadas durante la guerra civil y arrojadas a dos fosas comunes se han localizado por el equipo de arqueólogos que está trabajando en el cementerio municipal de Jimena de la Frontera.
Las labores para la exhumación comenzaron el pasado 1 de julio y, hasta el momento, han excavado hasta un metro de profundidad en una superficie de diez metros de largo por tres y medio de ancho, lo que representa un cuarto del total de la superficie en la que se intervendrá, según un comunicado del Foro por la Memoria del Campo de Gibraltar.
Los restos de seis personas han aparecido en la fosa que fue localizada con las prospecciones y catas realizadas en julio del año pasado, mientras que los de las otras cuatro han sido descubiertos en una fosa parcialmente alineada con la primera. En este sentido, los trabajos están dirigidos por el arqueólogo Jesús Román, junto a un equipo formado por dos arqueólogas, una antropóloga y dos auxiliares. También se han sumado, como voluntarios, dos familiares, entre ellos, «un estudiante que es bisnieto de una persona fusilada y posiblemente enterrada en este cementerio».
Financiado por Diputación
La Diputación es quien financia y ejecuta esta exhumación que se realiza al amparo de la Ley de Memoria Democrática de Andalucía aprobada por el Parlamento andaluz en 2017. El Ayuntamiento de Jimena colabora en la exhumación y se espera que la Mancomunidad de los Municipios del Campo de Gibraltar ayude también en la financiación de estos trabajos, que van a continuar, al menos, hasta mediados del mes de agosto, añade el comunicado.
«Los trabajos se están haciendo de manera manual y muy minuciosa porque la exhumación está siendo muy diferente y más dificultosa, en el plano técnico, que la que se llevó a cabo en el cortijo del Marrufo en 2012″. La razón es que el patio del cementerio estuvo activo como lugar de enterramientos para personas sin recursos o abandonadas hasta los años 70. En este sentido, la del Marrufo se hizo en un claro del monte donde los únicos enterrados eran los fusilados. «Aquí, los arqueólogos, antes de llegar a las fosas de los represaliados, tienen que tratar con todo respeto y hacer los registros pertinentes con todos los restos de los enterramientos normalizados».
Así, han aparecido también varios osarios, cuyos restos «hay que estudiarlos también muy detenidamente porque algunos enterramientos normales se hicieron cavando y rompiendo la continuidad de las fosas de los represaliados» y algunos de sus restos acabaron desplazados por las nuevas tumbas o en los osarios.
Segunda fosa
La segunda fosa descubierta se extiende hacia debajo de la crujía central levantada en los años 70 en este patio. «Parece que solo va a ser necesario romper el acerado que la rodea, pero no se puede descartar que bajo esta crujía existieran una o varias fosas con represaliados», ha afirmado Román.
El arqueólogo ha señalado que de todas las personas fusiladas en Jimena es posible que en las fosas comunes del cementerio se enterraran unas 35 o 40. «Aquí se estuvo enterrando a represaliados hasta los años 50. Documentadas están hasta esa fecha las muertes de guerrilleros antifranquistas o sus enlaces asesinados en aplicación de la Ley de fugas».