Redacción. La responsable de la delegación de Desarrollo Democrático en la Diputación de Cádiz, Lucía Trujillo, ha confirmado la colaboración económica de la institución provincial para producir un documental dedicado a los maquis de Casas Viejas, promovido por el Ayuntamiento de Benalup. La diputada provincial, además, ha expresado esta colaboración a la primera teniente del citado ayuntamiento, y delegada municipal de Memoria Histórica, María Jesús Grimaldi.
En Benalup-Casas Viejas ya se realizó, a finales de 2020, una primera ronda de entrevistas a vecinos del pueblo, que contaron sus vivencias en relación a los maquis, bien por ser testigos de algunos pasajes de esta historia o por referir lo acontecido en el seno de sus familias. José Correro o los hermanos Miguel y Jeromo Mateos aportaron algunos de estos testimonios en el curso de una investigación promovida por el Ayuntamiento benalupense con el apoyo de la Mancomunidad de Municipios de La Janda.
Así, la continuación de este estudio, ya con el respaldo de Diputación, confirma que la historia de los maquis es un terreno escasamente conocido y que estuvo sujeta a la manipulación tergiversada y la desinformación.
Principal refugio de los maquis
De hecho, Diputación ha recordado que el régimen franquista prohibió expresamente términos como maquis o guerrilleros, inclinándose por otras denominaciones peyorativas como bandoleros, malhechores o forajidos. En el pueblo, en Casas Viejas, se les nombraba como rojos, los de la sierra o los del monte.
Las sierras cercanas a Benalup-Casas Viejas fueron el principal refugio de los maquis en la provincia de Cádiz. Algunos fueron especialmente célebres como Bernabé López Calle, apodado Comandante Abril, y que lideró la Agrupación Fermín Galán.
Los maquis surgen tras finalizar la Guerra Civil y perduran hasta la década de los cincuenta del siglo XX. En su mayoría personas que tuvieron un gran predicamento social, sindical o político durante la Segunda República y forzados a una suerte de exilio interior. Muchos se echan al monte para evitar la dura represión de posguerra, y otros se ven obligados a optar por la misma salida al no ser contratados por su pasado republicano y ser, socialmente, estigmatizados.
En el mismo tiempo también se producen asaltos y robos a cortijos y ranchos de autoría diversa y en un contexto de subsistencia. Sucesos que el régimen franquista atribuye siempre a los maquis para desacreditarlos socialmente. Pese a todo, la vigencia de los maquis -durante casi dos décadas- confirma los lazos que estrecharon con las poblaciones del entorno.