El Ayuntamiento de Cádiz ha comunicado este martes en la segunda edición del foro del Carnaval de Cádiz, su decisión de aplazar la edición de 2022 al mes de junio. Así como trasladar el inicio del Concurso Oficial de Agrupaciones Carnavalescas (COAC) poco después de Semana Santa, en torno al 25 de abril. El Carnaval de Cádiz se celebrará así del 9 al 19 de junio y el Ayuntamiento de Cádiz solicitará a la Junta de Andalucía trasladar el festivo local al lunes 13 de junio.
Ha sido la concejala de Cultura y Fiestas, Lola Cazalilla, quien ha explicado la decisión, en la que se lleva trabajando meses. «Se empezó a trabajar con la intención de que se mantuviera el Carnaval de Cádiz en su fecha tradicional. Y a medida que avanzábamos en ello nos dábamos cuenta de los inconvenientes que presentaba», defiende, indicando que a partir de ahí empezaron a contemplarse distintas alternativa bajo dos premisas claras: el derecho a la cultura y la salud como prioridad.
Mejor junio que febrero
«No entendemos el Carnaval de Cádiz sin el COAC, ni el COAC sin Carnaval, porque consideramos que ambos están conceptual, tradicional e identitariamente unidos», ha manifestado para comenzar, reseñando que el Equipo de Gobierno entiende la fiesta «como un todo» y, que en esta línea, se considera que, teniendo en cuenta cómo ha transcurrido la pandemia, hay muchas más posibilidades en junio que en febrero de que el Carnaval en la calle se pueda desarrollar de la forma más similar entre las posibles a como lo hace habitualmente, teniendo en cuenta que tendrá que estar en cualquier caso adaptado a la normativa.
La edil relata que uno de los principales problemas que entraña la organización del COAC para febrero radica en «los ensayos, ya que ensayar implica reuniones en espacios reducidos en los que es posible que se den contagios y se propague el virus; que hay grupos que todavía no tienen la seguridad de contar con un espacio para ensayar como habitualmente tenían; la posibilidad de que se desate una sexta ola coincidiendo con el final de Navidad y, por ende, con el inicio del concurso y el aumento de la intensidad de los ensayos; y las numerosas implicaciones que podría tener esa sexta ola en la fiesta, entre ellas la reducción de aforo en teatros».
«CON TODOS LOS CONDICIONANTES»
«Si hubiéramos optado por mantener la fecha habitual de celebración del Carnaval de Cádiz, y con todos los condicionantes que se van a aplicar a la edición de 2022 como la reducción de agrupaciones por sesión, el concurso tendría que empezar el 8 o 9 de enero del próximo año, lo que significaría que habría que empezar a ensayar ya, con la situación actual, y lo que es más importante, que el inicio del COAC podría coincidir con un nuevo pico de la pandemia tras la Navidad y las reuniones que se dan en esas fechas, tal y como ocurrió el pasado año», indica la edil, quien además destaca la especial situación que se vive en la cantera como uno de los principales motivos del aplazamiento del Carnaval de Cádiz a junio.
«Es un sector de la población que aún no está completamente vacunado. Y, de hecho, las niñas y niños no tienen en la actualidad actividades extraescolares para reducir riesgos. Nosotros entendemos que la cantera es fundamental, y convocar el concurso en febrero ahora mismo los excluiría porque ni están vacunados todos los jóvenes ni es posible en el contexto actual, ya que muchos funcionan en grupos burbuja», enfatiza la concejala.
Al hilo, defiende que la celebración del Carnaval en junio asegura que haya mejores temperaturas -con las posibilidades que ello abre-, que mejore la situación sociosanitaria respecto a ahora y que se hayan puesto ya las terceras dosis de vacunas en aquellos casos en los que se estime oportuno.
La celebración en junio del Carnaval de Cádiz conllevaría que el COAC empezaría en el mes de abril, poco después de Semana Santa, y la fecha definitiva se decidiría en función del número de grupos inscritos.
Novedades
Respecto a la decisión de otras localidades de proseguir con la idea de celebrar el Carnaval en febrero, Lola Cazalilla indica que «con el máximo respeto hacia todos los carnavales, el de Cádiz no tiene parangón y lo que sucede aquí no es comparable con lo que ocurre en otras localidades». «El Carnaval de Cádiz debe estudiarse, valorarse y entenderse con su identidad única», ha indicado.
La concejala de Cultura y Fiestas ha desgranado además algunas de las novedades que figurarán en las bases del concurso a falta de que se presenten de forma definitiva y de que puedan modificarse en algún aspecto.
Por ejemplo, para acceder al Gran Teatro Falla se exigirá a cada componente y figurante de las agrupaciones que presenten certificado de vacunación o test de antígenos realizado en horas previas.
Varias jornadas sin concurso
En previsión de que puedan surgir imprevistos que obliguen a reprogramar algunas sesiones, después de la celebración de cada fase del COAC se contemplan varias jornadas sin concurso, dejando así margen temporal para reubicar sesiones que pudieran verse afectadas por situaciones derivadas de la pandemia.
Asimismo, otra de las novedades se refiere a la Gran Final, que en la próxima edición del COAC se dividirá en dos sesiones de ocho agrupaciones como máximo en cada una, a fin de que no se prolongue en exceso una final que habitualmente se celebra en un espacio cerrado como el Gran Teatro Falla y que dura en torno a las 12 horas. El orden y día de actuación se fijará por sorteo puro.
Tres de las novedades que presentarán las bases del concurso han sido propuestas en la primera edición de los foros que han sido asumidas directamente por la Delegación de Cultura y Fiestas para el próximo COAC. Todas tienen que ver con el jurado oficial. Por un lado, se establecerá un jurado independiente por modalidad que se reunirán en grupos burbuja bajo la dirección, todos ellos, de la presidencia del jurado, que deberá nombrar, a su vez, a una vicepresidencia de entre quienes conformen el jurado para que ejerza en sustitución la presidencia si es necesario ante cualquier eventualidad. Por otro, se va a añadir un nuevo baremo de puntuación bajo el concepto de valoración general que tratará de recoger aspectos no técnicos en la percepción de las agrupaciones. Además, se introduce el voto de calidad del presidente.