Redacción. El diputado de Bienestar Social de la Diputación de Cádiz, David de la Encina, el personal técnico encargado de coordinar el programa ‘Mayores Activos’, y los 40 monitores que los ejecutan en municipios y ELA de menos de 20.000 habitantes han participado en el que se ha denominado como ‘Reencuentro de coordinación’: la primera reunión de coordinación y preparación de la nueva edición, celebrada en el Campus El Madrugador, de El Puerto de Santa María.
Durante el mismo, se ha analizado cómo se han adaptado los talleres a las circunstancias, pues no se suspendieron, sino que se reformularon conforme a las nuevas necesidades expresadas por las personas mayores o detectadas a raíz del estallido de la crisis.
De este aprendizaje se han compartido cinco casos de éxito, cinco iniciativas diseñadas en el contexto del confinamiento o de la desescalada pero que pueden tener continuidad e incluso mejorar su potencial al incorporarse a la nueva edición en otras localidades.
Retomar la actividad presencial
David de la Encina ha destacado la importancia, desde el punto de vista práctico y de moral, de retomar la actividad presencial para compartir experiencias y garantizar la calidad del servicio que se presta en el programa ‘Mayores Activos’, cuyos objetivos ha resumido en «seguir dando calidad de vida a las personas mayores».
El diputado ha recordado que, pese a que se trata de «un programa absolutamente consolidado», se sigue trabajando en mejorar año a año aquellos aspectos que lo requieran e ir adaptándolo a las necesidades que se van detectando en la población de mayor edad.
El programa de la jornada se ha iniciado con una presentación por parte de David de la Encina de la Memoria de Actividades de 2020, que refleja una movilización económica de más de un millón de euros, de los cuales 680.000 euros los aporta la Diputación y el resto lo asumen los ayuntamientos.
Genera empleo
Además, ha valorado que genera empleo y «sobre todo moviliza conciencias, porque hace que en cualquiera de los pequeños pueblos haya un encuentro de los mayores con las generaciones futuras, entre los abuelos y los nietos, y haya una presencia y una participación directa de los mayores en la vida social».
En 2020 se celebraron 1.099 actividades, lo que supone una media de 31 por cada localidad durante el primer año de pandemia, de las que se han beneficiado unos 4.200 usuarios mayores de 65 años.
De entre ellas, cinco se han elegido para exponerse como buenas prácticas, nacidas en varios casos de la necesidad de adaptarse a las normativas sanitarias, pero con potencial de seguir mejorando en un contexto de normalidad.
Algunas de ellas están muy relacionadas con el uso de las tecnologías para la comunicación y han permitido, según De la Encina, «reducir la brecha digital». Otra idea colectiva en que se implicaron todos los talleres fue la creación de recetas típicas de cada localidad, que ha desembocado en una obra impresa que este jueves se ha entregado a los monitores asistentes.
Tras esta presentación, el trabajo se ha dividido en comisiones en las que se han analizado las buenas prácticas presentadas, la viabilidad de implantar alguna de ellas en otras localidades y la evaluación de nuevas dinámicas y técnicas de funcionamiento de los talleres. Todo ello ha desembocado en una puesta en común final en que se han sentado las bases de las mejoras a aplicar al diseño de la nueva edición de este programa.