Redacción. La Casa de Iberoamérica volverá a acoger mañana la conmemoración del Día de la Independencia de México de manera presencial, tras dos ediciones anteriores en las que la programación fue digital. La celebración del Grito de Independencia tendrá lugar a partir de las 19.00 horas y está coorganizada por la Sociedad Municipal Cádiz 2012, que gestiona la Casa de Iberoamérica, y la Asociación de Mexicanos en Andalucía ‘Olín’. Junto al presidente de la Casa de Iberoamérica, Paco Cano, estará presente la presidenta de esta entidad de la diáspora mexicana, Gabriela Alejo.
Además de las palabras institucionales, se proyectará un corto sobre los afrodescendientes de Coahuila, de la investigadora y documentalista Rossy Garza. Se ha programado también la actuación del ballet folclórico Quinto Sol para darle ritmo y más acento mexicano a esta conmemoración de la rebelión del cura Miguel Hidalgo que marcaría el proceso de independencia de México y que en el país norteamericano se celebra con una gran fiesta que llega a todos los rincones de esa nación.
En lo que respecta al cortometraje, cabe señalar que los llamados «negros mascogos» es un grupo afromexicano que se localiza, sobre todo, en la ciudad de El Nacimiento, en el municipio de Múzquiz. Tal y como explica Rossy Garza, «ellos llegan a estas tierras de lo que entonces era el norte de México con sus tambores y su zapateados que acompañaban con las palmas, pero los hacendados españoles les prohibían todas esas manifestaciones culturales que, sin embargo, afortunadamente, no se han perdido».
«Si observas bien el zapateado jarocho, es una mezcla de la música de los bailaores con el baile africano; estamos hablando de un compás de seis octavos que está en las sevillanas, en los compases cruzados, en las bulerías por tangos y en los tangos, por ejemplo», agrega la folclorista mexicana.
Las comunidades de negros mascogos, abunda la investigadora, «fueron las primeras libres que llegaron a México». Garza recuerda que tras el Grito del Cura Hidalgo, se decreta la abolición de la esclavitud a partir de 1810. En su origen, hablaban en inglés mezclado con sus lenguas africanas, «pero eso ya desapareció».
La investigadora destaca que la historia de estas comunidades afromexicanas es relativamente desconocida no solo para los propios mexicanos, sino, incluso, para los coahuilenses.