Funciones teatrales para romper estereotipos de género entre público infantil

Funciones teatrales

Redacción. La diputada de Igualdad, Carmen Collado, ha asistido en Estella del Marqués a la representación para alumnado de la obra ‘¿Hay algo más aburrido que ser una princesa rosa?’ que se ha escenificado en esta entidad local autónoma jerezana dentro del programa de teatro en familia que la Diputación pone en marcha en localidades menores de 20.000 habitantes de la provincia de Cádiz. Este ciclo se compone de dos obras, la citada, de la compañía Más Teatro Por Favor, y ‘Lolo Chirimbolo’ de la compañía Al-Alba Teatro.

Ambas obras tienen en común su capacidad para hacer reflexionar a la población joven y desmontar los estereotipos de género que se cimentan desde la niñez. Desde el Área de Igualdad  se han programado diez sesiones de cada una de ellas en diferentes centros escolares. 

La diputada de Igualdad, también vicepresidenta tercera de la Diputación, ha explicado que con esta iniciativa se trata de «ofrecer una visión de la realidad alejada de clichés y de patrones patriarcales, a través de un formato ameno y fácilmente comprensible como es el teatro». Para Collado estas funciones son actividades de sensibilización «muy necesarias en una etapa donde chicos y chicas están forjando su personalidad y su visión del mundo y deben despertar su espíritu crítico y no asumir con naturalidad ciertas ideas heredadas de la tradición y de la visión de prevalencia del varón sobre la mujer que ha existido durante siglos».


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‘¿Hay algo más aburrido que ser una princesa rosa?’ cuenta la historia de Carlota, quien cumple con el arquetipo asignado por la tradición oral y escrita a las princesas: tiene un vestido rosa, una habitación rosa y una supuestamente feliz y envidiable vida de color rosa. No obstante, su vida carece de alicientes porque no le motiva en absoluto la búsqueda de un príncipe azul. La construcción de la personalidad de Carlota, asumiendo roles que la ficción suele asignar al héroe masculino, marca la trama de la obra y hará tambalear a todo un reino por el solo hecho de querer ser la persona que quiere ser y no la que los otros quieren que sea. Según Carlota, la solución es muy fácil, la gente tiene que entender que hay niñas que en lugar de querer ser princesas rosas, prefieren cualquiera de los millones de colores que hay en el mundo.

El caso de ‘Lolo Chirimbolo’ es diferente. Se trata de un niño cariñoso y soñador, que sufre las burlas de sus compañeros de clase cuando descubren su pasión por el baile, ya que bailar es «cosa de niñas». En el intento de evadirse, Lolo pierde el tiempo jugando con su videojuego, o su «chirimbolo» como lo llama su abuela Pepa, que es costurera. Entre alfileres y telas, la abuela hilvana historias de antaño, cose y descose canciones y algunas veces hasta se arranca por bulerías. Una tarde Lolo descubre una puerta mágica que lo llevará a un sitio donde todo es posible y, con canciones, juegos y personajes diversos, descubre que tiene que atreverse a ser él mismo. 

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