Un investigador del INiBICA gana la ‘Beca Dr. Albert’ para estudiar el tratamiento de síntomas motores en pacientes con Parkinson

Redacción.  El doctor Javier J. González Rosa, del Instituto de Investigación e Innovación Biomédica de Cádiz (INiBICA), ha obtenido la ‘Beca Dr. Albert’ en su edición 2022 para desarrollar una investigación sobre el uso potencial de biomarcadores cerebrales para demostrar la eficacia de nuevos tratamientos de los síntomas motores de pacientes con Parkinson. Convocada por el Instituto de Especialidades Neurológicas (IENSA), esta beca es la más importante de carácter privado que se concede en España en el campo de la neurociencia.

El proyecto ha sido elegido por un jurado de especialistas de IENSA entre una docena de trabajos aspirantes y tiene como título ‘Nuevos biomarcadores multimodales de neurodegeneración y neuroplasticidad en pacientes con enfermedad de Parkinson tratados con estimulación theta-burst intermitente: un estudio doble ciego, aleatorizado, controlado con placebo’.

La beca, cuyo acto de entrega está previsto para mediados del próximo mes de mayo en Sevilla, cuenta con una dotación económica de 7.500 euros y tiene como objetivo reconocer y promover la investigación clínica en cualquier área de las neurociencias. La persona becada podrá desarrollar en IENSA su estudio, que concluirá con la presentación de resultados y el envío a una publicación especializada.


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Javier J. González Rosa, doctor en Psicología por la Universidad de Sevilla, ha sido investigador Ramón y Cajal y es actualmente profesor titular en la Universidad de Cádiz. Especializado en neurociencia cognitiva y clínica, es además jefe del grupo de investigación de Psicofisiología y Neuroimagen del Instituto de Investigación e Innovación Biomédica de Cádiz (INiBICA).

Entre las principales líneas de trabajo y de interés del doctor González Rosa, se encuentran la estimulación cerebral humana mediante técnicas invasivas (estimulación cerebral profunda-DBS) y no invasivas (estimulación magnética transcraneal-TMS), así como el empleo de métodos avanzados de mapeo cerebral (registros intracraneales LFP, EEG, fMRI) y el análisis de neuroimagen cerebral estructural en pacientes neurológicos, particularmente con Parkinson o con esclerosis múltiple.

La enfermedad de Parkinson -segunda patología neurodegenerativa con mayor incidencia a nivel mundial- se caracteriza principalmente por la presencia de síntomas motores incapacitantes, que pueden abordarse con terapias farmacológicas y de otro tipo, como la estimulación cerebral profunda, aunque no todos los pacientes responden de manera óptima a estos tratamientos o pueden ser candidatos a ellos.

Tratamiento de los síntomas motores

El doctor Javier J. González Rosa expone en su investigación que “un tratamiento con el potencial de mejorar los síntomas motores de la enfermedad es la estimulación intermente theta-burst (iTBS), una modalidad de estimulación magnética transcraneal repetitiva (rTMS), la cual permite modular la excitabilidad cortical y cuyos efectos terapéuticos persisten más allá de la propia sesión de estimulación”.

Así, plantea que se ha demostrado que este abordaje mejora los síntomas motores, si bien “se sabe poco respecto a los mecanismos cerebrales responsables tanto de estos beneficios clínicos como del mantenimiento de los síntomas patológicos”. En este sentido, explica que “aunque recientes investigaciones han intentado encontrar biomarcadores cerebrales a nivel estructural o funcional que ayuden a entenderlos, existe una gran discrepancia sobre su verdadero papel”.

Búsqueda de biomarcadores

Con el estudio becado por IENSA, para el que se evaluará y tratará a un total de 20 pacientes con enfermedad de Parkinson, se pretende abordar esta cuestión “mediante la combinación de biomarcadores obtenidos en sangre y con técnicas de neuroimagen para obtener, de esta forma, un perfil de integridad del daño cerebral, tanto a nivel micro como macroestructural, así como un patrón de excitabilidad y de conectividad funcional cerebral”, según subraya Javier J. González Rosa.

A juicio del investigador, este trabajo ayudará a “comprender los mecanismos cerebrales implicados en la mejoría clínica de pacientes de Parkinson tratados con rTMS y su relación para promover patrones de neuroprotección”, con el objetivo final, añade, “de mejorar la calidad asistencial” a los enfermos mediante el empleo rutinario de esta terapia.

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