«Debemos desconfiar de las ‘dietas milagro’ que prometen resultados rápidos sin esfuerzo»

Redacción. Las primeras semanas del año vienen cargadas de buenos propósitos para el curso nuevo que acabamos de estrenar. Hemos dejado atrás las festividades navideñas, con todo el jaleo que suponen, y volvemos a retomar la rutina del día a día, intentando incorporar nuevos hábitos y/o mejorar aspectos de nuestra vida con los que no estamos conformes.

Marta de Villar, especialista del servicio de Nutrición del Hospital Quirónsalud Campo de Gibraltar, apunta al propósito de mejora de la alimentación por consecuencia de una época de excesos como uno de los principales motivos de consulta en estas primeras semanas del 2024. «Desde el servicio de nutrición sabemos que uno de los propósitos más habituales para el año nuevo es el de perder peso, sobre todo si durante las fiestas hemos cometido muchos excesos y la báscula se resiente. Y como cada año, volvemos a hacer un llamamiento para transformar ese objetivo y que no se quede en un intento fallido. Los nutricionistas queremos destacar que lo primordial de este propósito debe ser mejorar la alimentación diaria, para así conseguir sumar un plus de salud al nuevo año 2024», señala Marta.

Otro de los aspectos que saltan a la vista como medida de contención son las llamadas ‘dietas milagro’, un tipo de procedimiento poco ortodoxo en materia de nutrición, ya que en palabras de la especialista «debemos desconfiar de las dietas exprés/milagro/detox que prometen resultados rápidos sin esfuerzo. No todas son peligrosas y sí, algunas funcionan. Pero lo ideal es acudir a un profesional del sector para explicar lo que necesitáis, pedir opinión y dejaros asesorar».


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Por todo ello, la especialista Marta de Villar facilita una serie de consejos nutritivos para dejar atrás la época de excesos y proceder progresivamente a una optimización de la alimentación:

  • Consumir verduras 2 veces al día, incluyéndolas en las 2 comidas principales: almuerzo y cena.
  • Tomar fruta fresca y entera a diario, desplazando o eliminando por completo el consumo de zumos de fruta, ya sean naturales o industriales.
  • Aumentar el consumo semanal de legumbres (lentejas, garbanzos, habichuelas, soja).
  • Incluir en nuestros menús diarios los frutos secos y las semillas en su versión natural o tostada (nueces, almendras, pistachos, anacardos, cacahuetes, castañas, pipas).
  • Consumir la versión integral de los farináceos más comunes: pan, cereales, pasta y arroz.
  • Colocar el agua como bebida preferente, seguida de la leche o bebidas vegetales sin azúcar, que pueden ir acompañadas por cacao puro en polvo, café, té o infusiones.
  • Evitar comprar y tener en casa los productos que no deben formar parte de nuestra dieta diaria: azúcar, bebidas y postres lácteos azucarados, chocolates, dulces, galletas, bollería, helados, patatas fritas, chuches, y productos ultraprocesados en general.

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