La ortodoncia invisible ya permite corregir problemas de hueso en niños gracias a la impresión en 3D

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Ortodoncia Lozano es la clínica murciana pionera en esta técnica: una de las innovaciones médicas de este 2024 que permite decir adiós a las activaciones de tornillos que los padres debían hacer a diario


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Es una de las innovaciones médicas de este 2024: la ortodoncia invisible ya permite corregir problemas de hueso en niños gracias a la impresión en 3D de aparatos dentales. Se trata de una excelente noticia tanto para los padres como para los más pequeños de la casa, que hasta ahora tenían que usar aparatos metálicos para corregir este tipo de problemas.

Hasta la fecha, la ortodoncia invisible se usaba mayoritariamente en adultos porque este sistema no podía corregir todos los problemas de hueso en menores. De hecho, en los niños y adolescentes se empleaban disyuntores (dispositivos para la expansión rápida del paladar), que necesitaban que los padres los activasen diariamente, mediante un tornillo en el paladar.

Sin embargo, gracias al Invisalign Palatal Expander, las clásicas activaciones a los tornillos ya son cosa del pasado. «La impresión en 3D aplicada permite un tratamiento mucho más preciso, efectivo y cómodo», indican desde Ortodoncia Lozano, clínica murciana pionera en esta técnica que ha cambiado la forma de entender la ortodoncia invisible en niños, como hace 25 años lo hicieron los alineadores frente a los braquets.

Los doctores planifican primero la cantidad de expansión necesaria del paladar del niño y el número de aparatos que hay que poner al día (uno o dos). El Invisalign Palatal Expander es muy ventajoso con respecto a los tradicionales ‘expansores con tornillo’, ya que afecta menos al habla que un aparato convencional y además no retiene tanta comida.

«El niño se lo pone cómodamente sin necesidad de un adulto. Puede comer y vivir con él todo el tiempo y solo lo retira cuando hay que cambiarlo por el siguiente», explican desde Ortodoncia Lozano, cuyos profesionales cuentan con una experiencia de más de 15 años en la práctica clínica especializada, abordando con éxito miles de casos, tanto de adultos como de adolescentes y niños.

La primera visita, antes de los 6 años
Los expertos advierten de que nunca debería retrasarse la visita de un niño al ortodoncista más allá de los 6 años de edad, ya que en ese periodo de desarrollo se pueden evitar muchos problemas de adulto de manera sencilla.

«Hasta los 10 o 12 años, en los que todavía se tienen dientes de leche, se corrige el hueso (un maxilar grande o pequeño) y otros problemas como la mordida cruzada. Ahora también es posible tratar a estos pacientes con alineadores transparentes, mejorando el criterio estético, pero, sobre todo, su bienestar general», explican desde Ortodoncia Lozano.

Una buena mordida mejora la posición corporal y evita los dolores de cabeza. Asimismo, un maxilar superior correctamente desarrollado facilitará la respiración del niño. «Este dormirá mejor. Estudiará mejor. Se levantará con más energía», subrayan los ortodoncistas de la clínica murciana, quienes añaden que «en muchos casos, las disyunciones están relacionadas con la reducción de los niños que se hacen pipí de noche, porque consiguen respirar mejor».

Fuente Comunicae

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