Europa Press. El gaditano Álvaro Kruse ha sido uno de los 100 ‘influencers’ más importantes de España para Forbes y su aparición en una de las revistas más prestigiosas del mundo ha sido una revolución para los casi 400.000 seguidores que el joven de 25 acumula en Internet.
En declaraciones a Europa Press, Álvaro ha señalado que «el canal lo creé en 2010 por curiosidad, con una cámara que encontré por casa, y poco a poco fue haciéndose más grande», al tiempo que ha recordado que «en 2012» lo dejó para centrarse «en los estudios». Sin embargo, se dio cuenta de que la carrera no le gustaba y decidió «retomar el canal, que creció de 100.000 en 100.000 cada año».
Además, ha destacado como su «momento cumbre» en las redes el momento en el que una gran marca cosmética como Maybelline lo hizo «embajador anual, siendo el primer chico en la historia de la marca en España», apuntándolo como «un momento muy bonito» porque sintió «que el trabajo había dado sus frutos».
En este sentido, ha reconocido que ver su nombre en Forbes le hizo reafirmarse que lo estaba «haciendo bien» y ha expresado que es «un honor» porque «tenía una lista de objetivos y uno de ellos era justamente aparecer en Forbes».
Además, Álvaro decidió crear Krash Kosmetics, su propia marca cosmética, porque «las dependientas miraban raro» al maquillarse cuando era pequeño y «parecía que estaba robando«. «De esa necesidad nace la marca, para ser diversa de verdad: para chicos y para chicas», ha sostenido el joven emprendedor.
Así, ha señalado que su principal obsesión «son los clientes, cómo se sienten y qué quieren». Por ello, ha expresado que la empresa «ha llegado a anotar las fechas de cumpleaños de los clientes y felicitarlos por las redes e incluso ha creado un grupo de WhatsApp con los 10 clientes que más gastan para hacerles regalos y concederles ventas anticipadas».
Por último, ha recordado que «el primer día de la pandemia hubo una reunión entre las tres personas que conformaban la empresa y el convencimiento era que habría que cerrar». No obstante, «se decidió poner a la venta todo el stock y en una semana se agotó». Ello motivó, según Álvaro, «un crecimiento que no ha parado» porque «se ha pasado de tres personas a 16, se vende en Primor, en Amazon, hay un proyecto de internacionalización…».
«Cuando la marca nace empiezas solo y tocas todos los palos, pero llega un momento en el que crece tanto que hacen falta profesionales que sepan hacer cosas que uno mismo no sabe hacer», ha subrayado Álvaro, que ha advertido que «ahí es donde muchos emprendedores fallan porque les puede el ego».