Redacción. El Instituto Andaluz de la Mujer (IAM) ha publicado el último número de la colección ‘Cuadernos para la salud de las mujeres’ donde se analizan los riesgos para la salud a los que se enfrentan las víctimas de explotación sexual, como mayor violencia y desprotección en las prácticas sexuales, más embarazos y abortos, así como otras consecuencias físicas, psicológicas, sexuales y reproductivas.
Objetivo
La asesora de programa del IAM en Cádiz, Celia Mañueco, ha señalado que “este proyecto arrancó en mayo de 2019, ha contado con nueve números que han abordado, desde una perspectiva de género, temáticas como la conciliación, el dolor crónico, la violencia de género o la salud mental y hoy culmina con el número sobre la trata con fines de explotación sexual”.
Celia Mañueco ha subrayado que “la violencia contra las mujeres y niñas es una clara violación de los Derechos Humanos en todo el mundo. Y, entre las múltiples violencias que sufren, en este cuaderno queremos visibilizar la violencia contra los derechos sexuales. Nos encontramos ante una forma de esclavitud sexual que afecta principal y mayoritariamente a mujeres y niñas”. Este número lleva por título ‘Prostitución y trata con fines de explotación sexual de mujeres y adolescentes’.
España
La última memoria de la Fiscalía General del Estado de 2019 señala que en el periodo de 2013 a 2018 fueron identificadas en esta situación 1.174 mujeres y 127 adolescentes menores de edad; además se estima que entre 80.000 y 120.000 personas ejercen la prostitución. No obstante, se sabe que existen más mujeres y adolescentes víctimas de trata de las que se identifican.
Según diferentes estudios, es probable que solo se identifique a un tercio de la realidad de la trata con fines de explotación sexual. En el cuaderno se explica que las adolescentes y mujeres víctimas de trata en su mayoría proceden de América Latina, África subsahariana, Asía y Europa del Este. Tienen edades comprendidas entre los 15 a los 35 años. Habitualmente, estas mujeres son captadas con algún tipo de engaño en sus países de origen.
La asesora de programa ha señalado que “aunque existan diversas estrategias de aproximación a este tema, debe prevalecer una preocupación común: luchar contra la situación discriminatoria que sufren las mujeres en estos contextos. Y la solución no puede ser otra que la persecución del delito y el rescate de las mujeres víctimas».