Investigadores de la UCA lideran un estudio que revela que el 86% de las plantas se dispersan por aves que migran

Redacción.  Investigadores de la Universidad de Cádiz (UCA), pertenecientes al departamento de Biología, han liderado un trabajo de investigación, publicado en la revista Nature, que revela que la gran mayoría de los árboles y arbustos europeos son dispersados por aves que migran a latitudes más cálidas en el sur, un 86 por ciento, mientras que sólo una minoría son dispersados por aves que migran al norte, hacia latitudes más frías.

Según ha indicado la UCA en una nota, en concreto, este estudio muestra que sólo un tercio de las plantas son distribuidas por aves que migran hacia el norte en primavera. Por el contrario, la gran mayoría de las plantas son esparcidas por aves cuando migran hacia áreas más cálidas en otoño. El estudio se ha llevado a cabo en áreas forestales localizadas en Portugal, España, Reino Unido, Alemania, Italia y Polonia, incluyendo un total de 46 especies de aves y 81 de plantas.

En este sentido, ha añadido que debido al calentamiento global se está produciendo un desplazamiento de los óptimos climáticos de muchas especies hacia latitudes más frías, forzando así la redistribución de la vida en la Tierra. La movilidad permite a los animales desplazarse hacia nuevas áreas con climas apropiados, sin embargo, las especies vegetales no están provistas de esta capacidad, de modo que, para ellas, la dispersión de semillas a larga distancia es clave en procesos de cambio de distribución y adaptación.


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18 investigadores pertenecientes a 13 centros

Así, este trabajo, en el que han participado 18 investigadores pertenecientes a 13 centros de investigación europeos, ha concluido que la mayoría de especies vegetales de Europa que se dispersan por aves migratorias lo hace principalmente cuando los pájaros migran hacia latitudes más cálidas en el sur, lo que es contraproducente para adaptarse a los escenarios actuales de cambio climático.

«El cambio climático actual es tan rápido que muchas plantas requieren distancias de dispersión mucho más allá de las que normalmente se producen a escala local. Ahí, es donde las aves migratorias pueden jugar un papel determinante, ya que son capaces de distribuir semillas a decenas de kilómetros. Esta investigación la planteamos para conocer el potencial de las especies vegetales para ser dispersadas por aves migratorias hacia futuras áreas favorables», ha explicado Juan Pedro González-Varo, investigador de la Universidad de Cádiz y autor que ha liderado este estudio.

La investigación se ha basado en redes de interacción planta-ave, es decir, comunidades de aves que consumen los frutos y dispersan las semillas de comunidades de plantas. Los científicos han incorporado a estas redes información sobre el periodo de fructificación de las plantas y los flujos migratorios de las aves, con el fin de caracterizar el potencial de diseminación de semillas a larga distancia, tanto hacia el norte como hacia el sur.

Además de ello, hay que tener en cuenta que «un pájaro que ingiere un fruto mientras se encuentra en migración tiene el potencial de dispersar sus semillas a larga distancia, confiriéndole la posibilidad de colonizar nuevos territorios». «Pero si esas semillas viajan hacia el sur, están yendo en la dirección equivocada en términos de adaptación al cambio climático», ha señalado Beatriz Rumeu, segunda autora del estudio y también investigadora en la UCA.

Asimismo, indican que las especies de plantas con mayor potencial de dispersión hacia latitudes más frías pertenecen a especies emparentadas que se caracterizan por madurar sus frutos cuando las aves están migrando hacia el norte en primavera.

Según explica González-Varo, «para que una especie de planta sea dispersada por aves que migran al norte, tiene que tener frutos maduros entre febrero y abril. Las plantas con frutos en este periodo se caracterizan bien por tener una fructificación muy larga, como ocurre en enebros, lentiscos, mirtos, acebuches o acebos, o bien por tener una fructificación muy tardía, como ocurre en las hiedras».

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