Redacción. Campaña ADN. Carmen Fernández Garrucho tiene 15 años y es vecina de Espera. Accede al centro de usos múltiples de esta localidad de la Sierra de Cádiz, un sábado por la mañana, para participar en algo insólito: una recogida de muestras que permitirá determinar su perfil genético. Desde que tiene uso de razón ha escuchado en conversaciones familiares, y ha leído en investigaciones históricas, lo que le sucedió a Francisco Matos Lozano, su bisabuelo.
Francisco fue asesinado, con 26 años, por los golpistas que se sublevaron contra la Segunda República y provocaron la guerra civil española. Se había significado por su activismo en defensa de unas condiciones laborales dignas y por haber denunciado incumplimientos de las bases de trabajo en un pueblo que fue pionero en la aplicación de la reforma agraria. Si algún día se localiza la fosa donde fue sepultado, el ADN que se pueda extraer de sus restos se cotejará con el de su bisnieta.
Esa búsqueda, ese afán por establecer concordancia genética entre represaliados y familiares, avanza gracias a la campaña que promueve y financia la Diputación de Cádiz con la colaboración de los ayuntamientos y entidades memorialistas. El Servicio de Memoria Histórica y Democrática de la institución provincial contrató la asistencia técnica a la Sociedad de Ciencias Aranzadi. Dicha entidad inició el proyecto de la campaña ADN en Villamartín, a comienzos de abril, donde recopilaron muestras de 53 personas; en Espera han registrado 22 y en los próximos días se tomarán otras cinco; y por correo se van a enviar kits a otras 19 personas que residen en Tarragona, Valencia, Barcelona, Madrid, Málaga e incluso Luxemburgo. En menos de un mes se van a contabilizar, por tanto, un centenar de muestras que serán trasladadas al Laboratorio de Identificación Genética de la Universidad de Granada.
La estancia en Espera ha incluido la visita al domicilio de Miguel Fernández Castro, de 93 años. Miguel, conocido por el apodo del Pavero, es uno de los tres hijos de Felipe Fernández Martínez, cabezalero de una de las comunidades de la reforma agraria que se asentaron en el municipio, concretamente en la finca El Infierno, y perteneciente a la sociedad ‘Espera Obrera’. Los testimonios orales apuntan a que fue fusilado y sepultado en una fosa en Las Cabezas (Sevilla). Tras el asesinato, su viuda y tres hijos (Miguel es el mayor) sufrieron severas penalidades para sobrevivir.
Manuel Sánchez, conocido como Manolín de Funes, también ha participado en la iniciativa acudiendo al centro de usos múltiples. Su muestra también quedará registrada a la espera de si, algún día, puede encontrarse el vínculo con los restos de José María o Fernando Sánchez Miranda (padre y tío de este vecino de Espera). Junto a Manuel, y colaborando con el equipo de Aranzadi que coordina el arqueólogo Jesús Román, se encontraba José María Sánchez Berlanga, concejal delegado de Memoria Democrática en el Ayuntamiento de Espera quien cifra en 69 el número de personas asesinadas tras el golpe de Estado de julio de 1936. Al comienzo de la jornada la alcaldesa de Espera, Tamara Lozano, dio la bienvenida al equipo contratado por la Diputación de Cádiz.
Agustina Garrido es nieta de Juan Antonio Garrido Domínguez -yesero que se asentó en La Zorrilla, miembro de Espera Obrera y muy significado políticamente- y recuerda, tras ser obtenida su muestra, que su abuelo pudo huir en primera instancia pero regresó al pueblo para evitar que los represores, tal como habían amenazado, ejecutaran a sus hijos.
Y María José Luna Moreno, nieta de Manuel Moreno Miranda, se ha trasladado desde su domicilio en la provincia de Sevilla para que su ADN también se pueda incorporar al banco genético que quiere conformar la Diputación de Cádiz. Su abuelo, concejal socialista, fue sepultado en algún lugar de la carretera entre Espera y Las Cabezas. Dicha vía es referida de manera recurrente, como destino de muchos represaliados, así como Algar o enclaves más específicos como La Viña del Cura. Junto a esas referencias también son de obligada consulta investigaciones publicadas por historiadores como Fernando Sígler o Fernando Romero.
Jesús Román confirma que la campaña ADN continuará el sábado 30 de abril en Arcos.