Redacción. El Consejo de Gobierno de la Junta de Andalucía ha autorizado a la Consejería de Salud y Familias a medicalizar la residencia de mayores de Cruz Roja en San Fernando, que consiste en la adaptación clínica del espacio residencial y la coordinación asistencial con la Atención Primaria y Hospitalaria de referencia.
La medida se toma en base a la Orden de 20 de marzo de 2020 de la Junta de Andalucía, en la que se insta a la adopción de medidas en relación con las actuaciones sanitarias en centros sociosanitarios, cualquiera sea su titularidad y tipología de gestión, en salvaguarda de la salud pública a causa de la pandemia por coronavirus COVID-19.
La Delegación Territorial de Salud y Familias y el Distrito Sanitario Bahía de Cádiz-La Janda, ya vienen trabajando desde hace días en esta residencia, a quien desde Delegación Territorial se ha proporcionado equipos de protección individual (EPI), además de mascarillas y guantes para los trabajadores del centro. También se está trabajando con la residencia desde el Hospital de San Carlos y Hospital Puerta del Mar de Cádiz, como centros hospitalarios de referencia.
La provincia cuenta con una Red de trabajo formada por enfermeras gestoras de casos que actúan coordinadamente con las enfermeras de familia de los diferentes distritos y áreas sanitarias, para atender, asesorar y colaborar en la atención a los problemas de salud de personas que viven en centros residenciales, surgidos a tenor de la situación provocada por la aparición y extensión del Covid-19.
Asimismo, y además de contar con la enfermera gestora de casos, y para aquellas situaciones que por su complejidad o condiciones clínicas lo requieran, se activa la atención médica presencial a través del desplazamiento de los equipos de salud del centro sanitario o la activación de los servicios de urgencia y, cuando sea necesario, de los servicios especializados hospitalarios mediante teleconsulta o visita presencial cuando sea necesario.
Igualmente, cuando se detecta la necesidad de presencia de profesionales para continuar con los tratamientos necesarios, así como la vigilancia y control de síntomas durante el tratamiento y evolución de los pacientes, se dota a la residencia de las necesidades profesionales y materiales que se vayan requiriendo en base a criterios clínicos.