Almudena Grandes, doctora Honoris Causa por la Universidad de Cádiz

Redacción. La Universidad de Cádiz ha celebrado, en el aula Magna de la Facultad de Filosofía y Letras, el Acto Solemne de investidura como doctora Honoris Causa de Almudena Grandes. El rector de la UCA, Francisco Piniella, en compañía de la rectora de la Universidad de Granada, Pilar Aranda, y del secretario General de la UCA, Manuel Gómez, ha presidido la ceremonia, que ha podido seguirse en directo por videostreaming y que ha contado con la presencia, entre otras autoridades, del presidente de la Diputación, Juan Carlos Ruiz, el Defensor del Pueblo Andaluz, Jesús Maeztu, el alcalde de Rota, José Javier Ruiz, la concejala delegada de Contratación, Educación e Infancia del Ayuntamiento de Cádiz, Ana Fernández o el subdelegado del Gobierno de España en Cádiz, José Antonio Pacheco, así como de personalidades del mundo de la cultura como los escritores Felipe Benítez Reyes, Pepa Caballero y Benito Olmo, el periodista Fernando Santiago o el autor de Carnaval José Luis García Cosío El Selu.

Previamente, el rector de la UCA, su viudo, el poeta Luis García Montero, el vicerrector de Cultura, José María Pérez Monguió, y familiares y amigos han descubierto el monolito del árbol plantado en memoria de Almudena Grandes en el Bosque de los Honoris en el Campus de Puerto Real de la UCA.

En primer lugar, se ha proyectado un breve vídeo con algunas de las imágenes que visualizan “la especial y emocionante relevancia de Cádiz en la vida de nuestra nueva doctora Honoris Causa”. A continuación, el secretario General de la UCA ha dado lectura al acuerdo de su nombramiento: “el Claustro de la Universidad de Cádiz, a propuesta del Consejo de Dirección de la UCA, con el informe favorable del Consejo de Gobierno celebrado el 2 de noviembre de 2021, en su sesión ordinaria de 22 de diciembre de 2021, aprobó la concesión a título póstumo del grado de doctora Honoris Causa por la Universidad de Cádiz a favor de Almudena Grandes Hernández, acuerdo que se publicó en el BOUCA de 17 de enero de 2022”.


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El catedrático de Derecho Administrativo, y vicerrector de Cultura de la UCA, José María Pérez Monguió, ha leído la Laudatio como padrino de la prestigiosa y querida escritora madrileña, tristemente fallecida en 2021. El profesor Pérez Monguió ha realizado una completa e ilustrativa reseña de su vida personal y profesional, donde ha resaltado aquellos detalles y matices que la han convertido en una de las narradoras españolas más reconocidas de la actualidad… como la influencia artística de su padre y su abuelo, los primeros años en Malasaña, su formación académica en Geografía e Historia en la Complutense de Madrid, el repentino éxito con su primera obra Las edades de Lulú. En palabras del padrino: “lo suyo era una vocación, una vocación que, como define Luis García Montero, es aquello que te realiza como persona, lo que te vincula a la sociedad, lo que te hace sentirte útil”.

Público y familia.

Asimismo, ha relatado a través de sus obras su vínculo como fuente de inspiración con Madrid, las mujeres como protagonistas y el reflejo histórico de la realidad cambiante de su tiempo y su país: “la autora describe, analiza, disecciona y nos hace espectadores de una España en transformación, de sentimientos humanos, de crisis, de historias entrelazadas que permiten enfocar y comprender la realidad compleja de un país en una época precisa desde distintas perspectivas”. Ha puesto en valor su “valentía” desde la reconstrucción de la memoria histórica, “ya que embarcarse en esa cuestión suponía posicionarse, algo que conllevaba ciertos riesgos que asumió con decisión”. La importancia en su trabajo del escritor Benito Pérez Galdós y la presencia de Cádiz desde Rota también en su vida personal y literaria. Además de su pulcra y minuciosa manera de trabajar, “ha logrado crear, a mi juicio, una forma de hacer novela-historia muy original”.

De sus numerosos premios y reconocimientos, Pérez Monguió ha recordado que su premio más “preciado y precioso, el que le otorgó libertad y sustento, fueron sus lectores. Confesó Almudena que «el único premio que cuenta de verdad, no caduca, que no se puede amañar, son los lectores, el mayor premio y la mejor riqueza. Mis lectores son mi libertad, mientras ellos estén ahí seguiré escribiendo los libros que creo que tengo que escribir en lugar de los libros que otros creen que tengo que escribir. Sin embargo, cuando escribo, escribo para emocionarme a mí; para convencer a la lectora que yo soy (la más crítica de todas); para emocionarles a ellos; para devolverles, de alguna manera, todo lo que ellos me han dado a mí, porque son mi piel de por vida»”. Por último, a través de extractos de sus obras, ha visualizado su defensa por los colectivos más vulnerables y le ha dado la bienvenida a su Universidad donde pervivirá, ya que “su obra permanece como un faro, como un referente, como un punto cardinal en esta tierra que adoptó como propia”.

Luis García Montero, en nombre y representación de Almudena Grandes, ha recogido las nobles insignias de su doctorado Honoris Causa (birrete laureado, libro de la Ciencia, anillo, medalla y guantes), el título acreditativo y ha recibido junto al abrazo del rector – en nombre del Claustro de la UCA – un largo y cálido aplauso del público asistente.

Posteriormente, el periodista y escritor gaditano Juan José Téllez ha realizado el discurso de agradecimiento en representación de la nueva doctora. En un difícil ejercicio de portavocía y desde un sincero homenaje a su persona, Téllez ha interpretado cuáles serían sus palabras en una ponencia, recogiendo y parafraseando diferentes textos (de discursos, declaraciones y artículos publicados en El País) e imaginando sus reflexiones con el amparo de su estrecha y confidente amistad: “desde muy pronto, recuerdo que quise ser escritora. Mi abuelo me regaló para mi primera comunión una versión de La Odisea que me gustó mucho. Luego, leí Mujercitas, de Louisa May Alcott, y entonces quise ser Jo March. Estudié Prehistoria pero creo que un novelista y un historiador son como dos coches que se cruzan en direcciones contrarias en la misma carretera. Un historiador debe documentar la historia que tuvo que ser verdad y un novelista inventa una historia que tiene que parecer real. Ahora me siento más cerca que nunca de mi carrera”.

De su relación con Cádiz, ha explicado que su importancia se extrae de “la luz de todos los veranos, una experiencia propia y distinta del paso del tiempo, un ingrediente fundamental en mi concepto de la felicidad, una puerta abierta hacia un estado de gracia, una finura, una genialidad, una suma de virtudes vitales de placeres estéticos que no me corresponderían por nacimiento y que, sin embargo, me pertenecen desde que Cádiz me acogió desde que empezó a mimarme, a quererme tanto o más de lo que la quiero yo”. Ha descrito la relevancia del tiempo, su influencia en el desarrollo de la vida de los gaditanos: “los vientos de Cádiz son literatura pura. Y para una narradora como yo un fenómeno irresistible por completo. Y la prueba de que en Europa, para los que seguimos viniendo aquí, se puede seguir escribiendo novelas”.

El conferenciante ha comentado que escritores como Pérez Galdós, Mendicutti o Benítez Reyes contribuyeron a enriquecer ese amor de la autora por el Sur: “en ellos aprendí que Cádiz es, sobre todo, talento. Talento para vivir y talento para crear. Los gaditanos tienen una capacidad extraordinaria para aprovechar el tiempo perdiéndolo”; así como personajes más anónimos y autóctonos de Rota y alrededores, que le contaron sus vivencias y que ella supo comunicar a través de sus obras como la referida a la Base militar norteamericana y la historia de un peral plantado por un vecino.

Ha concluido su alocución con la descripción de una jornada estival de Almudena Grandes en Rota, con la moraleja del disfrute de las pequeñas cosas como su casa, la naturaleza, las personas, el mar, su trabajo: “el verano es el tiempo de la felicidad. Apúrenlo y no piensen en el invierno que nos espera. Porque nuestros abuelos lo tuvieron muchísimo peor que nosotros y si no hubieran vivido, si no hubieran sabido disfrutar de la vida, si no se hubieran enamorado en tiempos atroces, nosotros no estaríamos aquí. Si existe una cosa que sabemos hacer bien los españoles es ser pobres. Lo hemos sido casi siempre, pero eso no nos ha hecho más desgraciados, ni más tristes que los demás. Recuérdenlo y sean felices, porque la felicidad también es una forma de resistir”.

Poema ‘El corazón helado’

El rector de la UCA ha comenzado su discurso con la lectura del poema El corazón helado de Cristina Ruiz (2022) dedicado a Almudena Grandes. De este modo, Francisco Piniella ha agradecido a su familia y amistades su colaboración en este acto. Al mismo tiempo, ha recordado que “Almudena es doctora Honoris Causa por la Universidad Nacional de Educación a Distancia. Tiene calles, plazas, colegios, institutos con su nombre, bibliotecas, por supuesto. Y, desde hoy, el reconocimiento de nuestra Universidad de Cádiz”. Un homenaje, “a la que ha sido la novelista española más destacada de la segunda mitad del siglo XX. Aunque ella, es verdad, reivindicaba más su papel de novelista decimonónica”.

¿Por qué la Universidad de Cádiz? ¿Por qué Cádiz?, ha preguntado de manera retórica el rector: “la luz de esta bahía fue el paisaje de Almudena durante sus veranos. La relación con Rota fue todo un idilio, casi veinte años desde que compartían, Almudena y Luis, la amistad con nuestro escritor Felipe Benítez Reyes. Y de pronto, Rota se convirtió en el pequeño mundo de sus amigos: Benjamín Prado, Eduardo Mendicutti, Juan José Téllez, José Ramón Ripoll,… Joaquín Sabina o el propio Caballero Bonald, incluso Ángel González”.

De la doctora Honoris Causa de la UCA, ha resaltado su capacidad de escucha: “era una mujer que estaba siempre dispuesta a sorprenderse, a recoger nuevas historias, y quizás por ello era una excelente narradora, desde aquellos tiempos en que escribía los primeros cuentos en casa de su abuelo mientras su padre iba al fútbol. Almudena era una mujer con optimismo, con esperanza”, su libre pensamiento, denuncia de lo intolerable y su alegría. Finalmente, le ha dado las gracias por “el ejemplo de tu compromiso y por ese universo enorme de historias reales condensado en tus libros”.

Almudena Grandes Hernández

(Madrid, 1960-2021) es una de las escritoras españolas más leídas, reconocidas, premiadas y cuyas obras han sido editadas y traducidas a distintos idiomas y distribuidas por numerosos países. Muchas de ellas, están inspiradas y escritas desde Cádiz, provincia en donde ha pasado largas temporadas, que se convirtió desde hace décadas en su refugio y en su fortaleza para pensar, escribir y componer el maravilloso universo de una literatura a ras de suelo, comprometida, profundamente realista y defensora de la causa de la justicia social.

Licenciada en Geografía e Historia por la Universidad Complutense de Madrid, su verdadera vocación desde siempre fue la literatura. Aunque le esperaba un brillante futuro como escritora, dio sus primeros pasos escribiendo textos para enciclopedias, sin pensar que, con el tiempo, sería ella la que, como escritora de referencia, acabaría apareciendo entre sus entradas.

Sin embargo, pronto irrumpiría en el mundo de los libros con una primera obra que le catapultaría a la fama: Las edades de Lulú (1989). Desde entonces, fue hacedora de una extensa y reconocida obra literaria, bendecida por miles de lectores y reconocida por un amplio listado de premios y distinciones que sintetizan la magnitud, el calado y la calidad de su bibliografía. Entre ellos, Premio Julián Besteiro de las Artes y de las Letras 2002, Premio Cálamo 2002 y Premio Crisol 2003 por Los aire difíciles; Premio Fundación José Manuel Lara en 2008 por El corazón helado; Premio de la Crítica de Madrid por Inés y la alegría (obra con la que conseguiría también ese mismo año el Premio Iberoamericano de Novela Elena Poniatowska); Premio Nacional de Narrativa en 2018 otorgado por el Ministerio de Cultura de España por Los pacientes del doctor García (libro con el que ganaría en 2020 el Premio Jean-Monnet de Literatura).

En suma, Almudena Grandes fue una autora de un universo literario, complejo y comprometido. Una enorme producción literaria que no rehúye la realidad, sino que la cuenta de forma ágil con una brillante minuciosidad a través de la vida de personajes muy anclados a su tiempo, en donde encuentra el señuelo para describir realidades especialmente cosidas a la memoria de las últimas generaciones de españoles. De este modo, ha tejido un relato necesario y sobrecogedor, lleno de sutilezas y de un hondo compromiso social, para luchar contra el olvido desde la literatura.

Articulista de reconocido prestigio y colaboradora en distintos medios de comunicación que les han brindado una privilegiada tribuna para, desde esta atalaya mediática, describir sin complejos y con un elevado compromiso social, su visión de la sociedad actual, la autora era una de las grandes firmas de la literatura en español de las últimas décadas. Sus libros constituyen un magnífico escaparate donde observar la evolución de nuestro país mediante un esmerado trabajo de inmersión histórico, una privilegiada técnica para la introspección psicológica de sus personajes y una forma proverbial para mostrar la vida cotidiana de sus protagonistas, cuyas historias son una brillante exposición de la realidad, sin complejos, sin ambages y sin ese reclamo a la edulcoración literaria como fácil recurso con que escapar de los problemas.

Premio de Periodismo Internacional 2020 del Club Internacional de Prensa por su repercusión en la defensa de los valores humanos y doctora Honoris Causa por la Universidad de Educación a Distancia (UNED), Almudena Grandes fue autora de una amplia y reconocida obra literaria, que la ha encumbrado entre los escritores más relevantes en lengua castellana en nuestro tiempo.

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