Detenido en Sanlúcar de Barrameda El Carpintero, uno de los narcos más importantes de Cádiz y Huelva

Redacción. La Guardia Civil ha detenido a uno de los narcotraficantes más importantes que trabajaba en las costas de Cádiz y Huelva conocido como el Carpintero y ha desmantelado su organización deteniendo a 42 integrantes.

Asimismo, se ha incautado 6.158 kilos de hachís, 10 vehículos, 7 embarcaciones, 52.000 euros en efectivo, así como un revolver detonador. La operación se inició el pasado mes de agosto cuando la Guardia Civil incautó 1.740 kilos de hachís en una embarcación en la costa de Chipiona.

La organización desmantelada estaba dirigida por el narcotraficante conocido como el Carpintero, que operaba en la zona cercana al río Guadalquivir desde Chipiona a las costas de Huelva. Junto a él en la cúpula de la red estaba su lugarteniente, conocido como El coquina de oro. En otro nivel se encontraba el intermediario con las organizaciones marroquíes, el jefe de tierra, el jefe de mar, el encargado de la seguridad, mecánico de embarcaciones, proveedor de combustible,  incluso tenían un vigilante de un puerto de Cádiz que pasaba información a la organización.


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Tras una laboriosa investigación, en la que los agentes conocieron todo el entramado de la organización, se solicitó al juzgado 28 registros en las localidades de Sanlúcar de Barrameda, Chipiona, Jerez y el Puerto de Santa María. En los mismos, se encontró dinero en efectivo, documentación, estupefacientes, material electrónico e informático, así como abundante documentación.

En un pequeño astillero registrado, uno de los ahora detenidos estaba preparando una embarcación de fibra, colocándole unos falsos flotadores, para ocultar en su interior el hachís y, al no verse la droga desde el aire, pasar desapercibida a los medios aéreos

Posteriormente, se localizó al cabecilla en Sanlúcar de Barrameda, donde permanecía oculto. Según conocieron los investigadores, el cabecilla habría estado fuera de la localidad, a la que habría vuelto hacía unos días. Durante el tiempo que permaneció oculto habría tomado fuertes medidas de seguridad como no salir de la casa, viajar en el maletero de coches, así como hacer uso de gafas y gorras para no ser identificado.

Una vez que los agentes conocieron su paradero se organizó un dispositivo para su detención, en el que participaron entorno a 50 guardias civiles.

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